Algún día del 2022
Como
vendaval, me azotó un recuerdo, de una gélida tarde de invierno, anunciaba
muerte con las hojas que caían del cedro: trémula una voz lo anunció, “Ha
muerto”. Mi alma flaqueó, y la coraza se rompió. ¿Qué era lo que atrás quedó?
Un ser bien versado en el instinto animal, indiferente al rocío matinal, sin
sentido alguno de lo trascendental.
El autómata que con ahincó críe, se
enfrentó a la realidad: la transitoriedad de lo material.¡Has
muerto! Que pena. Reencontré mi perdida conciencia. Renací en el sentimiento.
Hoy lo
repito y lo abrazo con emoción ¡Has muerto! Que dicha; por los cometas y el
sol, los higos y las mandarinas, los curas y el dharma, la razón y la
contradicción, tu recuerdo y mi corazón. Lo repito ¡Has muerto! Que dicha, sigo
vivo. Y con tu muerte cruce el portal, que me reencontró con mi humanidad, ¡Que
preciosa mi vida humana! Te agradezco por recordarme, lo sagrado en esta rara
coincidencia, que es vivir.
Fuente: https://soundcloud.com/jillssound-1/pema-chodron-the-twelve
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